Benasque

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Este año tocaba montaña así que decidimos irnos por el Pirineo a la turística villa de Benasque. Hacer excursiones por la montaña, una visita a un templo budista y sobretodo respirar aire puro y huir del sofocante calor mediterráneo eran los objetivos a cumplir ¡Y vaya si se han cumplido!

Los primeros dos días apenas pudimos salir ya que la torrencial lluvia en modo de tormenta impedía hacer excursión alguna. Así que aprovechábamos los intermedios pluviosos para conocer Benasque. Un bonito pueblo que a pesar de la masificación turística y a un exceso de fauna "pijil" conserva su encanto de pueblo de montaña.

Aigualluts y Coll de Toro
En la primera excursión nos aventuramos hacia Aigualluts y el Coll de Toro. Para hacer esta excursión pillamos un autobús que se coge en Plan de l'Hospital y que deja en Plan d'Estan (1836m) ahorrándonos una buena caminata. Caminando desde allí llegamos a los afamados Aigualluts (2033m) que básicamente destacan por ser el punto donde el rio se esconde bajo tierra para salir después en el Vall d'Aran, en los llamados Ulls del Jueu, pasando más tarde a formar parte del rio Garona y desembocar en el Atlántico. Pero Aigualluts también destaca por su preciosa cascada, un llano (Plan d'Aigualluts) que nosotros encontramos infestado de vacas y las fantásticas vistas al Aneto y al Macizo de la Maladeta.

Plan dels Aigualluts II

En ese lugar la mayoría de excursionistas finalizan la caminata. Nosotros, haciendo alarde de una valentía inusitada, decidimos subir un poquito más para llegar al Coll de Toro (2236m) y disfrutar de su ibón y de las vistas al Vall d'Aran que hay desde él. El primer objetivo se cumplió, el segundo no demasiado por la abundante nubosidad que se estaba levantando y que amenazaba con "atormentizarse".

Ibon de Coll de Toro

Así que con un viento frío del carajo que hacia allí arriba decidimos poner pies en polvorosa hacia abajo para evitar la lluvia.

Ball de Remuñe
El objetivo de esta excursión era visitar los ibones del Valle de Remuñe. Así que ni cortos ni perezosos iniciamos la caminata cerca del Forau de la Llana (1800m). El inicio fue bastante agradecido por la sombrita que daba el bosque de pinos que atravesamos pero conforme íbamos subiendo el camino se hacia más y más pedregoso. Lo pasamos mal, no por lo difícil ya que realmente es una excursión sencilla, sino porque nos indicaron que era 2:30h de caminata con la vuelta incluida pero llevábamos 2h y todavía no habíamos llegado. Estuvimos a punto de volvernos para atrás más de una vez, el camino se hacia más empinado y pedregoso e íbamos solos por la ruta ¿nos estábamos equivocando de camino? Pero haciendo alarde de coraje y valentía seguimos avanzando entre las rocas hasta llegar el magnifico ibón de Remuñe (2218m) ¡Joder como valió la pena!.

Ibón de Remuñe

Descansamos, admiramos el paisaje y tras evaluar la situación decidimos dejar el ibonet que había más arriba para otra ocasión. En la bajada, solo destacar el ataque que sufrí de un mosquito-elefante y la lucha sin cuartel que libramos. Le metí tal hostia que ahora cuando me ve cruza la calle.

Cerler
Al día siguiente, para relajar los músculos y recuperar nuestras maltrechas rodillas, decidimos hacer montaña pero en telesilla en las pistas de esquí de Cerler. "El telesilla del amor", que así se llama el susodicho, te deja al ladito del Pico Cerler (2349m) desde donde se pueden admirar el Macizo de Posets y el de la Maladeta. Muy recomendable.

Templo Budista
El penúltimo día lo aprovechamos para ir a un lugar de lo más pintoresco. Resulta que en Panillo, un pueblecito cerca de Graus, hay un templo budista llamado Dag Shang Kagyü. Una manera fácil de viajar a la China y fliparte un poco con la decoración.

Lo que menos me gustó fue la actitud de algunos fieles budistas que también estaban por allí de visita. Los tíos van de guays porque meditan y encuentran, o creen encontrar, su verdadero yo y en lugar de ser algo más humildes, se piensan que están en un plano superior al del resto de los mortales y se comportan como verdaderos energúmenos. No entiendo mucho de budismo, ni de ninguna religión en general, pero me parece a mi que muchos no entienden lo que realmente significa esa filosofía. Aún así, la visita es más que recomendable por lo curioso que resulta ver un templo de estas características en pleno Aragón.

Si os gusta la montaña, Benasque es un buen lugar para plantar el campo base y pasar las vacaciones. Se pueden hacer muchas excursiones de todo tipo, desde las más fáciles como las que hicimos nosotros, hasta cosas que van mucho más allá, como la ascensión al Aneto (que espero intentar algún día ¡con dos cojones!)

Por si tenéis más curiosidad, aquí os dejo estos enlaces: