Confesiones musicales vergonzantes

|

Parafraseando a La Pantoja, esaartistacomolacopadeunpino, hoy quiero confesar que estoy algo cansado. Cansado de tener que esconder que hubo una época en mi vida en que me gustó Mecano.

No solo eso, hasta me compré un disco, "Descanso Dominical", que incluía el tema con la rima más estúpida y nefasta que hayan podido escuchar mis oidos: "No hay marcha en Nueva York y los jamones son de York". Todavía hoy retumba en mi cabeza, atormentándome, como ese espectro cabrón que prefiere pasearse por el castillo, llevando una pesada cadena de hierro, antes que irse hacia la puta luz.

Sí, hubo un tiempo en que me gustaba Mecano, pero por fortuna pude reconducir mi gusto musical y hoy puedo decir que estoy curado. Pero de la misma manera que mi gusto a ido a mejor en ese aspecto, ha empeorado respecto a otros. Si cuando era pre-puber odiaba a los malditos Hombres G, reyes de las portadas del Vale y el SuperPop, ahora no puedo evitar esbozar una sonrisa al escuchar "Sufre mamón" e incluso atreverme a cantarla en el Singstar. Si antaño odiaba a Los Marismeños, Los Sabandeños, Los Chichos, Los Chunguitos,... música con la que mi padre amenizaba nuestros viajes veraniegos en el 600 camino de Granada, ahora hasta les reconozco cierta calidad músical. Pero no solo eso, no... Es que hasta me he hecho un recopilatorio con la música más petardamente ochentera que recuerdo, incluyendo a artistas, que me provocaban nauseas en mi niñez, como Los Pecos, Loco Mía o Pedro Marín...




Quizás sea que no soporto las salchichas de frankfurt que se ha puesto la Torroja por labios. O que el inefable Nacho Cano sea un personajillo cargante y presuntuoso, un Jean-Michel Jarre de bota de vino y cocido de garbanzos venido a menos, del que no soporto sus ansias de trascendencia empalagosa. Y quizás sea que el aprecio que siento ahora por lo que antes renegaba, sea la falta de pretenciosidad y la sencillez. O tal vez sea simple nostalgia, vaya usted a saber.

En fin, que no solo de Metallica, Pink Floyd, Dire Straits, Los Suaves o Rosendo, por poner unos pocos pero selectos ejemplos, vive servidor de ustedes. Pero si algo puedo decir, que espero que sirva para hacerme perdonar mis pecados musicales, es que NUNCA, repito, NUNCA, me ha gustado ni me gustará, ni conseguirá dibujarme ni siquiera una leve mueca de aprobación en el semblante, el insufrible y nauseabundo King Africa.

Dicho esto, humildemente me someto a la mofa, befa y escarnio público.

0 comentarios: